Un viaje deja huellas. Algunas en los pies, otras en la mirada, muchas en la memoria. Pero con el tiempo, hasta lo más intenso se disuelve. Por eso, escribir durante el viaje es más que una costumbre: es un acto de conciencia.
Si quieres inspiración para empezar, lee nuestros Diarios de una exploradora.
No necesitas grandes dotes de redacción. Solo ganas de detenerte. El cuaderno de ruta no es un diario íntimo ni una bitácora técnica. Es un reflejo de tu experiencia: lo que viste, sí, pero sobre todo lo que sentiste. La lluvia inesperada en Lisboa. Una conversación sin idioma en Estambul. La sensación exacta al ver por primera vez la selva del Amazonas desde el avión.
Si quieres vivir estas sensaciones, Empieza tu viaje y escribe tu propia historia.
Empieza por registrar dónde estás, cómo es ese lugar, qué pasa fuera y qué pasa dentro de ti. Agrega dibujos, tickets, hojas, frases. Escribe con libertad. No importa si escribes mucho o poco. Lo importante es que lo hagas.
Años después, volverás a ese cuaderno no para leer lo que pasó… sino para recordar quién eras mientras todo eso pasaba.
Si quieres que tu próximo viaje sea digno de escribirse, Creamos tu viaje para que merezca un cuaderno propio.