Vietnam y Camboya nos recibieron como solo ellos saben hacerlo: con ríos que cuentan historias, templos que miran al cielo y una humanidad que emociona.

Desde la energía vibrante de Hanoi hasta los arrozales infinitos de Mai Chau, desde las cuevas de piedra caliza de Tam Coc hasta el amanecer brumoso sobre la Bahía de Halong, cada momento fue un regreso a esa esencia que solo el Sudeste Asiático puede ofrecer.

Cruzamos a Camboya para encontrarnos con la solemnidad palaciega de Phnom Penh y culminamos ante la majestuosidad eterna de Angkor Wat.

Un viaje que no solo se vivió: se sintió.

Cómo forjamos un éxito entre ríos sagrados y templos eternos:

La Fuerza del Reencuentro

Un Itinerario que Fluye

Hospitalidad sin Límites

La Magia de Angkor